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El actor y su capacidad para recrear personajes

Por | 30 marzo 2006 | Comentar

Un buen baremo para calibrar el talento de un actor, al menos para mí, está en la capacidad de éste para conseguir que te olvides de su cara y, cuando lo veas en la peli, te creas al personaje y a su historia. A algunos actores de indudable talento se les nota su actitud acomodaticia en cuanto acuden a su repetitivo repertorio de gestos interpretativos. Así, consiguen el efecto contrario: sólo ves la cara de la estrella y no la de su personaje (ejemplo, De Niro y sus recientes trabajos cómicos, que aunque estimables algunos, empiezan a reiterarse con esa pose de tipo malencarado). Todo esto guarda mucha relación con la asunción de riesgos por parte de los intérpretes. Al principio, cuando sí tienen verdadera ‘hambre’, desbordan talento y rubrican algunas de sus mejores interpretaciones. Como el De Niro de Taxi Driver o el Pacino de El Padrino. Pero sí traspasan su rol de actores y se convierten en productores, o en despilfarradores (lo más común), tienen que hacer de todo para sustentar su nuevo tren de vida. Caso aparte es el de Brando, quien exhibía su tarro de las esencias cuando a él le salía de su entrepierna. Quizá fue tacaño, pero también fue el mejor.

Philip Seymour Hoffman es, hoy día, uno de los mejores actores del mundo. Su lista de secundarios ‘robaplanos’ y su sobrada capacidad para lograr esa recreación del personaje a la que aludía le avalan. En Capote, como en otros muchos trabajos suyos previos, te olvidas de su nombre y sólo ves al personaje grotesco y narcisista de un escritor con un talento proporcional a su megalomanía. Ves a Truman Capote y no a Hoffman, y sólo este crucial matiz le da otra dimensión a esta notable película de Bennett Miller. Él ya ha hecho incursiones en el cine taquillero como en El Dragón Rojo, y ahora parece que, de la mano de Tom Cruise, va a hacer su primera apuesta decididamente comercial en Misión Imposible III, secuela que va de mal en peor después de la digna primera entrega rubricada por Brian De Palma. Espero que no se eche a perder y siga regalándonos excepcionales trabajos.