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Licencia para entretener

Por | 11 mayo 2006 | Comentar



Música de fondo: A view to a kill, canción de Duran Duran para
la película homónima (Panorama para matar) de la serie de James Bond.

Si nadie discute que el western es un género en sí mismo, sin duda el más genuinamente norteamericano, las películas de espías, por tradición y cantidad, podrían formar uno propio. Casi todas responden a patrones parecidos y, en general, pese a que haya cotas de calidad desiguales entre unas y otras, todas tienen un mismo objetivo: entretener durante un par de horas. Al espía James Bond, personaje del escritor británico Ian Fleming, se le debe gran parte del éxito de la fórmula. Contando con la venidera Casino Royale (con Daniel Craig como Bond), las aventuras del elegante espía han sido filmadas en 22 ocasiones. Ningún compañero de profesión iguala o se acerca tímidamente a similar número. Ni Jason Bourne, otro afamado espía nacido de la pluma del novelista norteamericano Robert Ludlum. Su vida literaria ha sido recientemente prolongada por Eric Van Lustbader, autor de la novela The Bourne Legacy (2004). La primera traslación de Bourne a la pantalla se produjo en 1988 para la televisión (con Richard Chamberlain como Bourne) y se basó en la primera de las tres novelas de Ludlum dedicadas al personaje: The Bourne Identity. Matt Damon es, desde 2002, el actor que interpreta a Bourne, y lo hará hasta completar las tres historias de Ludlum. Sólo le resta por rodar The Bourne Ultimátum, en fase de preproducción y cuyo estreno se prevé para 2007. Finalmente, otra saga de espías, de pasado televisivo exitoso, ha sido revitalizada ahora gracias al mecenazgo de Tom Cruise. La serie de la CBS Misión Imposible se emitió entre septiembre de 1966 y el mismo mes de 1973. Tras este período, esta serie creada por Bruce Geller, y considerada ya de culto, retomó su emisión entre 1988 y 1990.

Repasemos algunos rasgos de las películas protagonizadas por estos tres agentes.


La fórmula Bond: elegancia, sofisticación y seducción

Bond, James Bond, como él mismo se autopresenta mientras lanza una mirada insinuante a una bella dama, es el espía por excelencia. Imperturbable al paso del tiempo merced a los distintos actores que le han puesto cara, este cuarentón agente del servicio secreto británico ha sido creado con la alquimia idónea para ganarse al público de cualquier época. Las películas de Bond tienen una estructura narrativa repetitiva en la que sólo varían elementos contextuales como la época, los enemigos, los gadgets armamentísticos de Q (casi siempre interpretado por Desmond Llewelyn) y, cómo no, las bellas mujeres que comparten cama y aventuras con el agente. A pesar de su invariable predecibilidad, cada estreno de una nueva película no suele fallar en taquilla, pero, entre tantas filmadas, no todas han sido igualmente valoradas por público y crítica. Para la mayoría, las primeras entregas protagonizadas por Sean Connery son las más aclamadas. El actor escocés, que encarnó al personaje en seis ocasiones (aunque serían siete si incluimos Nunca digas nunca jamás, no considera oficialmente como parte de la saga), consagró al héroe y marcó el estilo que luego heredarían, por orden cronológico: George Lazenby (en una ocasión), Roger Moore (en siete), Timothy Dalton (en dos), Pierce Brosnan (en cuatro) y ahora, por primer vez, Daniel Craig. Goldfinger o Desde Rusia con amor son algunas de las más estimadas, pero también algunas de las protagonizadas por Moore y, más recientemente, por Brosnan, han contado con el beneplácito general. Craig será el último en pronunciar su nombre comenzando por el apellido y en pedir un Martini mezclado no agitado.

Jason Bourne, el espía amnésico en busca de su identidad
Más pegado a la realidad y menos glamuroso que su compañero europeo, Jason Bourne es el producto de un futurista proyecto de la CIA llamado Treadstone. La historia comienza con una duda que sirve de hilo conductor de toda la saga: ¿quién es Jason Bourne? Usado como rata de laboratorio para convertirlo en una perfecta arma mortífera, Bourne trata de saber quién es realmente y por qué quieren liquidarlo ahora quienes lo transformaron en tan letal instrumento. No es un consumado seductor, aunque a su lado siempre suele haber una bella dama, y tampoco pretende salvar al mundo, sino a su propio pellejo mientras intenta desvelar incógnitas. Un cualificado actor como Matt Damon ha sido el elegido para poner cara a las tres entregas cinematográficas basadas en las otras tantas novelas escritas por Robert Ludlum. La última, The Bourne Ultimátum, está actualmente en fase de preproducción. ¿Se desvelarán en ella quién era Bourne antes de disponer de esas indómitas cualidades de agente implacable? ¿Quizá un soldado, un políglota profesor universitario, un deportista de alta competición, un diplomático, un hombre de negocios o un pobre loco adiestrado mediante sustancias químicas con demoledores efectos secundarios? La respuesta, en 2007 en las salas de cine.

Ethan Hunt, el agente del más difícil todavía

Al margen del cliché de los mensajes autodestruidos a los cinco segundos de ser escuchados o vistos, poco o nada tienen que ver las películas financiadas por Tom Cruise con la serie televisiva en la que se inspira. En mi opinión, salvo la filmada por Brian De Palma, quien puso el acento en las complicaciones argumentales más que en las espectacularidad de la acción, el resto no trasciende más allá de un trepidante envoltorio donde lo esencial, al margen de la espectacularidad, es el lucimiento del productor Cruise. Su personaje, el espía Ethan Hunt, salvará las situaciones más inverosímiles para conseguir sus objetivos mientras lidia con las habituales conspiraciones de alguno de sus superiores en la agencia FMI (Fuerza de Misiones Imposibles). Como a Cruise le gusta ejercer de buen chico fuera y dentro de la pantalla (a excepción de en uno de su mejores trabajos, en Collateral), a su personaje no le han provisto de los rasgos de golfete/ligón propios de Bond, pero se suele rodear no obstante de bellas acompañantes en las distintas películas. Aunque no lucen mucho a su lado, al igual que el resto de personajes, usados casi como meros elementos de atrezo. Todo el filme se planifica de manera que Hunk/Cruise supere su último más difícil todavía en cada misión.

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