Una historia muy americana vista con los ojos rasgados y emocionados de este tipo, que construye sentimientos con volutas de humo, y volutas de humo con sentimientos. Es una historia que da pie a otra historia que da pie a otra historia que da pie a que no hubo ninguna historia… Como en todo el cine de Wong Kar Wai, o te sumerges o flotas, y del mismo modo te ofrece la posibilidad de que hayas estado mirando todo el tiempo a la mano equivocada. Está hecha con ese trazo suyo tan cercano a lo relamido, en el que el tiempo, los fondos, los colores y las músicas se compinchan para envolverte en el caso de que no flotes.
Carlos Boyero, de El Mundo, afirma que también le ha gustado la cinta pese a su habitual desencuentro con el cine de Kar Wai:Me parece fascinante. Rodar en América, con esos guionistas, director de fotografía, músico, actrices y actores, le ha sentado muy bien al cine del chino poético. Curiosamente a sus fans les ha horrorizado bastante. Siempre voy al revés y no es por pose. Es una película estética, profunda, triste e hipnótica sobre gente que anda perdida, sola, con razonable sentimiento de fracaso.
A Manu Yáñez Murillo, de la revista Fotogramas, también le ha fascinado la nueva propuesta del chino:My Blueberry Nights, más que a buscar las novedades del desplazamiento intercontinental de su realizador, invita a descubrir los lazos de unión que conectan el filme con sus anteriores películas. Con las herramientas características de su manierismo formal (múltiples voces en off, relato subjetivo, imágenes ralentizadas y aceleradas, violentas elipsis, intertítulos, uso de música pop) y sus habituales personajes abatidos por amores truncados, Kar-wai proyecta sobre los escenarios norteamericanos la profunda melancolía y la sofisticada estilización de su cine.
En cambio, al compañero de Boyero en El Mundo, Borja Hermoso, autor del blog Blog, James Blog, no le ha conmovido este filme de igual modo que los trabajos previos del director chino:Ha estirado tanto esta 'road movie' de chica sentimentalmente descarriada en pos del reencuentro (idea que era estupenda para un corto, pero no para un largo o para una suma de tres cortos, que es lo que creo que parece esta película) que se ha quedado como un lujoso chicle de fresa... un chicle de fresa demasiado azucaradito.
Crítico con la aventura americana de Kar Wai se ha mostrado también Octaví Martí, en El País:En su primera película occidental, el chino Wong Kar-wai aparece prisionero de sí mismo. Y de toda la historia del cine. En My blueberry nights, pone en escena a personajes que se comportan como personajes de cine que imitan a otros personajes de cine. Ahí están los reflejos... una película inacabada que prometía ser, una vez terminada, mejor y más ambiciosa que la excelente In the mood for love. Ahora, una vez vista My blueberry nights, el espectador con memoria siente la tentación de revisar a la baja lo que en su día le agradó. Mejor no hacerlo...
Como queda claro, el cine de Kar Wai sigue generando debate. Pero mientras sea de altura, tratando de enjuiciar la obra de alguien con marchamo de ser el creador de un tipo de cine personal e innovador como ningún otro entre los cineastas actuales, siempre es maravilloso este debate cinéfilo. Las ganas de ver My Blueberry Nighst se me acrecientan tras leer estas crónicas.[+] 'Teaser' de My Blueberry Nights
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