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"Me mola ser mala"

Por | 24 julio 2006 | Comentar


Éste parece ser el único ‘leit motiv’ de esta mamarrachada videoclipera titulada Domino. Una película tópica y estereotipada a la que ni siquiera salva su florido reparto. La coletilla de “basada en hechos reales, más o menos” es ya sintomática de esta cinta más preocupada por sus truquitos visuales que por su historia, la cual es bastante poco concreta, por cierto. Porque Domino quiere narrar la biografía de la rebelde cazarrecompesas Domino Harvey, pero también quiere imitar el estilo violento y chulo de los personajes de Tarantino, darle al conjunto la intriga de una cinta de atracos y, puesta a rizar el rizo, sazonarlo con un mensajillo dramático con la rebelión primero, y la redención final (como mandan los cánones del ‘biopic’), de la protagonista. Es decir, un batiburrillo de intenciones narrativas al que, además, se le añaden toques humorístico por cuenta de su crítica al desquiciado mundo televisivo. No sé qué pensaría de la película la biografiada Domino, quien murió de una sobredosis a los 35 años poco antes del estreno, pero, seguramente, no le agradaría que no sólo se omitiera su condición de homosexual, de la que estaba orgullosa, sino que en ella se la perfile como una bomba sexual liada con un compañero cazarrecompensas.


Título: Domino
Dirección: Tony Scott.
Países: Reino Unido y Francia.
Año: 2005.
Duración: 127 min.
Género: Thriller, acción.
Interpretación: Keira Knightley (Domino Harvey), Mickey Rourke (Ed Mosbey), Edgar Ramirez (Choco), Rizwan Abbasi (Alf), Ian Ziering (él mismo), Brian Austin Green (él mismo), Christopher Walken (Mark Heiss), Mena Suvari (Kimmie), Jacqueline Bisset (Sophie Wynn), Lucy Liu (Taryn Miles), Delroy Lindo (Claremont Williams III).
Guión: Richard Kelly; basado en un argumento de Richard Kelly y Steve Barancik.
Producción: Tony Scott y Samuel Hadida.
Música: Harry Gregson-Williams.
Fotografía: Daniel Mindel.
Montaje: William Goldenberg y Christian Wagner.
Diseño de producción: Chris Seagers.
Vestuario: B.
Estreno en Reino Unido: 14 Oct. 2005.
Estreno en España: 21 Julio 2006.
Web: www.domino.aurum.es

La elección de la británica Keira Knightley para el papel de Domino también tiene algo de estereotipo. Si hasta ahora solía hacer papeles de bella y dulce señorita en comedias románticas, aquí se la quiera situar en las antípodas de este registro. La niña buena se hace mala, como la propia Domino, ex modelo e hija de padre ricos y famosos (su padre era el actor Laurence Harvey). En la enésima resucitación para el cine de Mickey Rourke, éste continúa por la línea de Sin City: un tipo duro con mucho vivido tras de sí. Y del resto del reparto extraña ver en semejante bodrio a secundarios de lujo como Christopher Walken y Delroy Lindo, o a la menuda y bella Mena Suvari, cuya imagen siempre estará ligada a la icónica escena de los pétalos en la magnífica American Beauty. Dentro de la —digamos— vena cómica del filme, también aparecen, autoparodiándose a sí mismos, dos de los personajes de la serie Sensación de vivir (Ian Ziering y Brian Austin Green), odiada desde la infancia por Domino.

Aparte de que la historia se pierda en reiterados subterfugios, lo que más me molestó fue ese montaje —tan de moda— de continuos cortes de planos, movimientos de cámara acelerados y distorsionados y la constante presencia de efectos sonoros y fragmentos musicales para subrayar, prácticamente, cada secuencia. Es decir, un elogio al barroquismo audiovisual propio del videoclip que, por lo demás, es poco o nada original. La repetición de los primeros planos del encendido de los cigarrillos y la machacona reiteración de frases (no basta con la que las repitan ‘en off’, sino que también las acompañan con letreritos deslizantes) terminan por hacer de lo más irritante el visionado de esta cinta atrapada por sus continuas poses.

OTRAS OPINIONES...
Joaquín R. Fernández, en LA BUTACA: "Una cinta aburrida y en la que no existe ningún equilibrio entre la forma y el contenido, quedando éste en un segundo lugar. Una amalgama de situaciones accesorias, algunas de ellas delirantes. Scott recurre a la estética videoclipera más extrema..."
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Pablo del Moral, en LA BUTACA: "Como cinta de acción es un enorme chasco, ridículo y demasiado extravagante. Pero como parodia y comedia negra es divertida y hasta incisiva con los clichés del género. Su frenesí sensorial puede considerarse una falla, si bien resulta hipnótico..."
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Rosenrod, de Dioses y Monstruos: "Francamente, tengo mis serias dudas de que Cariño, estoy hecho un perro pueda ser peor que esta auténtica y mediocre tomadura de pelo".