Pocos son los hallazgos que el espía amnésico Jason Bourne (Matt Damon) hace en esta tercera película acerca de su identidad previa a su ingreso en el programa militar Treadstone. En El ultimátum de Bourne, dirigida por Paul Greengrass con el nervio, verismo y rigor que le son propios, se mantiene intacta la estructura del espía en constante huida acosado por una gran entramado podrido de la CIA. Bourne sigue sin saber mucho, pero comienza a atar cabos mientras en la cúpula de la agencia de espías norteamericana cunde el nerviosismo ante un posible y comprometedor levantamiento de alfombras. En suma, y sin ánimo de resultar simplista, se podría decir que el juego del ratón y el gato ofrecido en las dos entregas previas continúa siendo el 'leit-motiv' de esta última secuela del personaje creado por el novelista Robert Ludlum.
Título: El ultimátum de Bourne (The Bourne ultimatum)
Dirección: Paul Greengrass.
País: USA.
Año: 2007.
Duración: 111 min.
Género: Acción, drama, thriller.
Interpretación: Matt Damon (Jason Bourne), Julia Stiles (Nicky Parsons), Joan Allen (Pamela Landy), David Strathairn (Noah Vosen), Paddy Considine (Simon Ross), Scott Glenn (Ezra Kramer), Edgar Ramírez (Paz), Albert Finney (Dr. Albert Hirsch).
Guión: Tony Gilroy, Scott Z. Burns y George Nolfi; basado en un argumento de Tony Gilroy; sobre la novela de Robert Ludlum.
Producción: Frank Marshall, Patrick Crowley y Paul L. Sandberg.
Música: John Powell.
Fotografía: Oliver Wood.
Montaje: Christopher Rouse.
Diseño de producción: Peter Wenham.
Vestuario: Shay Cunliffe.
Estreno en USA: 3 Agosto 2007.
Estreno en España: 14 Agosto 2007.
Web: www.bourne.es
A pesar de todas estas virtudes técnicas e interpretativas, la cinta flojea en su historia. La estructura de persecución y huida termina por convertir el relato en un bucle donde sólo cambian los paisajes de fondo (diferentes estaciones de tren europeas y dos edificios de la CIA en Langley) y los enemigos de Bourne por la parte perseguidora. Cierto es que el ritmo de urgencia casi constante no deja espacio alguno para el aburrimiento, pero tanta velocidad va en detrimento de un relato más sustancioso. Descubriremos pequeños detalles de la biografía del protagonista previos a su transformación en Jason Bourne, nos sugerirán que el uso de éste como asesino por encargo era mucho más escalofriante de lo inferido en los capítulos previos, pero no mucho más progresa esta historia cuyo epílogo deja la puerta abierta para posibles secuelas venideras. No en vano, Robert Ludlum, fallecido en 2001, avaló al escritor Eric Van Lustbader para que continuara escribiendo acerca de este personaje del que ya ha publicado dos novelas tras la muerte de aquél: The Bourne Legacy (2004) y The Bourne Betrayal (2007). Sospecho que, dada su buena acogida en la gran pantalla, al cine le seguirá interesando contar más cosas sobre este enigmático espía incorporado ya, por derecho propio, al imaginario colectivo junto a afamados colegas como el legendario 007.
OTRAS OPINIONES...
Jose, de 'Cine': "El ultimátum de Bourne es una película genuina de nuestro atribulado siglo XXI, ya no gana el más fuerte, gana el que tiene más información."
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Rosenrod, de 'Dioses y Monstruos': "La trilogía del agente amnésico ha ido de menos a más, hasta rozar la perfección en su tercera entrega"
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Ramón Besonias, de 'OjO de buey': "Eficaz película de persecuciones más que bien orquestadas para disfrute de todo amante del género".