A la pregunta de por qué ya no trabaja en EE UU, el italiano respondió con pocos rodeos, como es costumbre en él:"Si una película requiere una música nostálgica, la compongo. Si necesita música dramática, también. La música del cine no pertenece al compositor. Pertenece a la película. Si hay algo del compositor, suele ser algo muy personal, muy íntimo, pero lo que prima es la necesidad de la historia que cuenta la película. Cada uno tiene su caligrafía; uno no puede sustraerse a lo que es, y puede llegar a convertirse muchas veces en una expresión personal. Apunte, apunte, pero me da la impresión de que no sabe usted de lo que estoy hablado".
Lo dicho, genio y figura."— En Estados Unidos, ya apenas trabaja.
No, hace años. No me apetece, tengo ya mi edad y... en fin, que ya no... no me apetece... No...
— No qué...
Sí, a ver si entiende lo que digo. Que no, que es que no me sale de los cojones. Prefiero trabajar en Italia, y vale. No quiero trabajar mucho, ¿entiende? ¡Además, me ponen estas entrevistas que me agotan!"