No sé si se puede o no hablar de normas en esto del cine, pero, en lo relativo a trilogías de superproducciones, casi siempre se ha reiterado el esquema de convertir la segunda entrega en un puente de acción apabullante con un desenlace claramente abierto. El imperio contraataca jugaba ese papel en la trilogía galáctica de los 80, La dos Torres hacía lo propio en la saga del anillo y ahora, con esta nueva arrasa-taquillas en la que se ha convertido Piratas del Caribe, creo que han intentado repetir táctica. Y digo intentado porque, aunque su exitosa mezcla de acción, humor pícaro y aventuras marítimas siga dando mucho juego, esta larga cinta llega a aburrir en algunos momentos de su extenso metraje. Cuestión ésta, por cierto, que me llega a intrigar: ¿por qué se han de alargar hasta las dos horas y media estas cintas tan costosas ideadas sólo para el puro entretenimiento?
Título: Piratas del Caribel, El Cofre del Hombre Muerto (Pirates of the Caribbean: Dead Man's Chest)
Dirección: Gore Verbinski.
País: USA.
Año: 2006.
Duración: 150 min.
Género: Acción, comedia, aventuras.
Interpretación: Johnny Depp (Capitán Jack Sparrow), Orlando Bloom (Will Turner), Keira Knightley (Elizabeth Swann), Stellan Skarsgard (Bill), Bill Nighy (Davy Jones), Jack Davenport (Norrington), Kevin R. McNally (Gibbs), Jonathan Pryce (Gobernador Weatherby Swann), Naomie Harris (Tia Dalma), Tom Hollander (Lord Cutler Beckett), Lee Arenberg (Pintel), Mackenzie Crook (Ragetti), David Bailie (Cotton).
Guión: Ted Elliott y Terry Rossio; basado en los personajes creados por Ted Elliott, Terry Rossio, Stuart Beattle y Jay Wolpert.
Producción: Jerry Bruckheimer.
Música: Hans Zimmer.
Fotografía: Dariusz Wolski.
Montaje: Craig Wood y Stephen Rivkin.
Diseño de producción: Rick Heinrichs.
Vestuario: Penny Rose.
Estreno en USA: 7 Julio 2006.
Estreno en España: 11 Agosto 2006.
Web: www.piratasdelcaribe2.com.es.
El principal cambio de esta segunda entrega, y parece ya una deriva que marcará el resto de la trilogía, es el creciente protagonismo del personaje clave, Jack Sparrow. Es él quien sustentaba los mejores momentos de la primera cinta, y aquí Bruckheimer y Verbinski han decido otorgarle mayor protagonismo, en detrimento de los personajes de Orlando Bloom (Will Turner) y Keira Knightley (Elizabeth Swann), mucho más desdibujados en esta película. Y tiene su lógica esta decisión, aunque con ella se simplifique en exceso el guión, ya que Johnny Deep ha creado un personaje anti-héroe con el suficiente empaque como para pasar a la posteridad del cine de aventuras. Pícaro, escurridizo y ocurrente, Sparrow equivaldría al Han Solo de Stars Wars. Pertenece a esa clase de héroes que, pese a preocuparse sólo de sí mismos, terminan por salirse con la suya, al tiempo que ayudan, aunque sea involuntariamente, a sus compañeros de correrías.
Con todo, a quienes se acerquen al cine a pasar un rato entretenido y divertido como el ofrecido en la primera entrega —eso sí, sin ninguna otra pretensión—, esta El cofre del hombre muerto no les defraudará. Quizá no les coja tan felizmente por sorpresa como La maldición de la Perla Negra, pero aburrirse seguro que no les aburre, pese a esos problemillas de ritmo apuntados. Probablemente, si hubieran usado la elipsis con más acierto, éstos se podrían haber solventado tras eliminar varias secuencias prescindibles. Pero las apabullantes escenas de acción —imagino que financiadas gracias a su rentabilísima predecesora— no desmerecen el visionado de la cinta. Aunque no brille tanto, esta nueva aventura de Sparrow hace que merezca la pena ir a ver la conclusión de su historia.
OTRAS OPINIONES...
Jose, de Cine: "Una millonada en efectos especiales no aumenta la dimensión ni la gracia ni la emoción de los personajes. Verbinski se equivoca si cree que una película gana como un té echando más agua".
Robgordon1982, de El Séptimo Cielo: "El cofre del hombre muerto es un carrusel de efectos especiales, recargado en muchas de sus escenas, con actores ya consolidados dentro del cine mainstream y rodada junto con la tercera parte, en lo que es una operación comercial a gran tamaño que ha terminado modificando el interés final del producto".
Rosenrod, de Dioses y Monstruos: "Tiene profundos bajones de ritmo, los personajes son apenas reflejos desvaídos de los de la anterior (y los escasos nuevos no tienen demasiado gancho), el guión es apenas un fino hilo que sujeta malamente las distintas secuencias, y lo peor de todo: se hace larga y, en algunos momentos, francamente tediosa".