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Canibalismo emocional

Por | 05 abril 2007 | Comentar


Un sobresaliente relato sobre la amargura de la soledad forzada, una interesante confrontación —rica en matices— entre dos tipos de moral y un curioso punto de vista sobre la relaciones entendidas como un objeto preciso, y codiciado por ende, para llenar el vacío emocionalLa inflexible profesora Barbara Covett (una excepcional Judi Dench) se retrata a sí misma cuando abre el filme con una de sus terribles acotaciones en su diario de juicios sumarísimos acerca de todo cuanto observa. Mientras mira con desdén la entrada de los adolescentes a las clases, su severa voz en off, diseminada por todo el metraje, comenta como ahora es costumbre requisar armas blancas o cocaína entre el alumnado, cuando hace unos años a los más que se llegaba era a unos cigarrillos o a unas revistas pornográficas. "Y a eso le llaman evolución", remacha la sarcástica voz de esta profesora de vuelta de todo que pronostica, para el futuro de sus alumnos, un negro panorama oscilante entre el desempleo y el terrorismo.


Título: Diario de un escándalo (Notes on a scandal)
Dirección: Richard Eyre.
País: Reino Unido.
Año: 2006.
Duración: 92 min.
Género: Drama.
Interpretación: Judi Dench (Barbara Covett), Cate Blanchett (Sheba Hart), Bill Nighy (Richard Hart), Andrew Simpson (Steven Connolly), Tom Georgeson (Ted Mawson), Michael Maloney (Sandy Pabblem), Joanna Scanlan (Sue Hodge), Shaun Parkes (Bill Rumer), Emma Kennedy (Linda), Syreeta Kumar (Gita).
Guión: Patrick Marber; basado en la novela de Zoë Heller.
Producción: Scott Rudin y Robert Fox.
Música: Philip Glass.
Fotografía: Chris Menges.
Montaje: John Bloom y Antonia van Drimmelen.
Diseño de producción: Tim Hatley.
Vestuario: Tim Hatley.
Estreno en Reino Unido: 2 Febrero 2007.
Estreno en España: 30 Marzo 2007.
Web: www.diariodeunescandalo.es
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Su solitaria vida ha devenido en un rencor y amargura a los que da rienda suelta cuando, pluma en mano, levanta acta de las mediocridades de las vidas ajenas. Pero su oportunidad para salir de su aislamiento le llegará con la incorporación de Sheba Hart (gran Cate Blanchett) al claustro de profesores de su conservador centro. Ella, y la bocanada de aire fresco que parece representar, también pasarán por el implacable filtro de Barbara. La describe como una burguesa de vida fácil, moral disoluta e indecorosamente franca respecto a su vida privada.

Pese a todo, la transparente Sheba llegará a cautivar a Barbara. Poco a poco, la veterana docente verá en su inocente pupila una oportunidad de salir de su reclusión social, de hallar una confidente a la que, con el tiempo y sus hábiles manejos, pueda atraer hasta el redil de una relación más profunda que la mera amistad. En este punto del metraje, el personaje de Barbara se hace cada vez más aterradoramente manipulador hasta el punto de aproximar a la cinta (un desliz que, de haberse consumado, habría restado credibilidad al relato) hasta los terrenos del psicothriller.

Con estos mimbres, Diario de un escándalo, una adaptación de la popular novela homónima de Zoë Heller guionizada por Patrick Marber (Closer), ofrece un sobresaliente relato sobre la amargura de la soledad forzada, una interesante confrontación —rica en matices— entre dos tipos de moral y un curioso punto de vista sobre la relaciones entendidas como un objeto preciso, y codiciado por ende, para llenar el vacío emocional.