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Niños grandes

Por | 14 febrero 2007 | Comentar


Profundiza, dando en la llaga con precisión clínica, en esa irrenunciable naturaleza infantil que nos es común y nos sitúa ante inseguridades, caprichos o huidas que tambalean nuestra existenciaAdemás de para descubrir el gran talento interpretativo de Tom Wilkinson, En la habitación me sirvió para seguir la pista de un director capaz de hurgar en los sentimientos con la precisión de un cirujano. Pese a su apariencia de telefilme, aquella cinta, primer largo de Todd Field, sentó las bases de sus virtudes cinematográficas como realizador: un modélico trabajo en la dirección de actores y el ritmo sosegado de un cine que desentraña, con el mayor detalle, los distintos pliegues de sus personajes. En Juegos secretos (inapropiada traducción del original Little children), los aciertos de su predecesora siguen intactos, e incluso mejorados, pero también adolece de algunos de los defectos de aquélla. Como su preferencia por determinados personajes, mejor perfilados, frente a otros que tienden a ser retratados con brocha gorda y tirando de estereotipos. O la utilización, más bien precipitada, del tentador recurso de cerrar historias cruzadas con un trágico final.


Título: Juegos secretos (Little children)
Dirección: Todd Field.
País: USA.
Año: 2006.
Duración: 130 min.
Género: Drama.
Interpretación: Kate Winslet (Sarah Pierce), Patrick Wilson (Brad Adamson), Jennifer Connelly (Kathy Adamson), Gregg Edelman (Richard Pierce), Noah Emmerich (Larry Hedges), Jackie Earle Haley (Ronald James McGorvey), Phyllis Somerville (May McGorvey), Ty Simpkins (Aaron Adamson), Sadie Goldstein (Lucy Pierce).
Guión: Todd Field y Tom Perrotta; basado en la novela de Tom Perrotta.
Producción: Albert Berger, Ron Yerxa y Todd Field.
Música: Thomas Newman.
Fotografía: Antonio Calvache.
Montaje: Leo Trombetta.
Diseño de producción: David Gropman.
Vestuario: Melissa Economy.
Estreno en USA: 3 Noviembre 2006.
Estreno en España: 9 Febrero 2007.
Web: http://www.littlechildrenmovie.com/
En MuchoCine.net:

Pese a todo, Little Children es una interesante cinta que asume el difícil reto de relatar, sin adoctrinar o incluir moralina, cómo conviven varias familias de clase media/alta en la típica urbanización norteamericana. Centra su narración en el idilio estival que viven Brad Adamson (Patrick Wilson) y Sarah Pierce (magnífica Kate Winslet) a espaldas de sus respectivas parejas: Kathy Adamson (Jennifer Connelly) y Richard Pierce (Gregg Edelman). Sin justificar con cursis coartadas románticas ni censurar la relación adúltera, ésta es planteada como la consecuencia de un aburrimiento infantil o de una ingenua búsqueda de la felicidad nacida de esa constante insatisfacción vital tan común entre nuestras sociedades.

La voz en off del relato, proveniente del personaje de Winslet, describe su hartazgo hacia su marido o hacia su hija, a quien califica de caprichosa y egoísta sin reparar en la condición de niña de aquélla. Así, cuando en su vida irrumpe una inesperada bocanada de aire fresco a raíz de su relación con Brad, cree sentirse sumida en una felicidad pura y cristalina, en las antípodas de su gris y rutinaria vida. Y a Brad le ocurre algo parecido. No es infeliz en su rol de amo de casa o como principal responsable de la crianza de su hijo, pero tampoco es feliz en su continuo debatir entre estas obligaciones domésticas y la presión familiar para que apruebe el examen que le resta para graduarse en Derecho. Se siente como despojado de sus años de juventud al haber asumido responsabilidades desde temprana edad.

Otro personaje, cuya historia sirve para hilvanar el conjunto, es el pedófilo Ronald James McGorvey (magnífico Jackie Earle Haley pese a estar muy mal doblado). Aunque es consciente de su patológica atracción hacia los niños, no consigue superar su condición de enfermo ni con el apoyo de su madre, única persona por la que se siente querido. Y menos aún en un barrio donde es vigilado y perseguido hasta la extenuación por padres asustados por la amenaza que Ronald representa para sus hijos (excelente la escena de la piscina, con guiño incluido a las estampidas que el Tiburón de Spielberg generaba entre los bañistas). La historia de Ronald viene emparejada con la del policía retirado Larry Hedges (Noah Emmerich), un hombre con un matrimonio fracasado, perdido tras su expulsión del cuerpo policial por un grave error que cometió estando en servicio y, como otros personajes del filme, necesitado del cariño y el reconocimiento de un niño grande que se siente marginado.

Al final, Little children solapa con algunos de los aciertos apuntados puntos más flojos como un ritmo irregular por momentos y el uso abusivo, casi colindante con el apunte autoexplicativo, de la voz en off. Pero sí profundiza, dando en la llaga con precisión clínica, en esa irrenunciable naturaleza infantil que nos es común y nos sitúa ante inseguridades, caprichos o huidas que tambalean nuestra existencia, pero también la de quienes son tenidas por personas cuerdas, sensatas y ponderadas. De forma que, en más de una ocasión, seamos y nos comportemos más como unos niños grandes que como los adultos que aparentamos ser.

OTRAS OPINIONES...
Rosenrod, de Dioses y Monstruos: "Juegos secretos (o sea, Little Children) no es la gran película que podía haber sido. Pero tiene momentos para el recuerdo, como la gran Kate Winslet hablando de Madame Bovary".
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pequeñoIban!, de ¿Y si esta vez te quedaras?: "No hay que limitar Little Children a una reflexión sobre el sufrimiento del menor, ni a un pensamiento en voz alta acerca de como a los 30 seguimos sin madurar, en cambio si hay que entenderla como el retrato fiel de nuestra facilidad para escapar de la felicidad".
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Francisco Bellón, en Muchocine.net: "La propuesta inicial del film, a pesar de una desastrosa narración en forma de voz en off, cautiva al espectador, con una primera media hora muy atractiva. Sin embargo, poco a poco la trama se va debilitando, sin tardar demasiado en desmoronarse por completo".