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Paul Giamatti: cuando el talento hace innecesario el ‘glamour’

Por | 28 febrero 2006 | Comentar

Miles (Paul Gimatti) y Maya (Virginia Madsen) en 'Sideways'

De entre todos sus personajes recientes, los que le han hecho dar el salto, uno de mis preferidos es el de Miles, un escritor frustrado al que le aflorarán todas sus preocupaciones exitenciales durante el viaje preboda de su vivaracho amigo Jack. En Sideways (Entre copas), Paul Giamatti (1967, New Haven, Connecticut, USA) borda el papel de un tío poco afortunado durante la primera mitad de su vida, como el mismo Miles reconoce, y por quien es inevitable sentir cierta simpatía. Es un buen escritor, pero no consigue publicar sus libros porque su material no es comercial, se ha divorciado hace dos años y, sin haber digerido aún la imposibilidad de una marcha atrás, se entera de que su ex se ha vuelto a casar. Y ya ve pocas opciones de enderezar su maltrecha vida sentimental: "A mi edad --dice--, si no tienes dinero, no estás en el ajo. Sólo eres un animal esperando el abattoir [matadero]". Pese a lo contado, la excepcional película de Alexander Payne no es ni muchos menos un drama. Más bien al contrario, y Giamatti interpreta espléndidamente tanto la faceta cómica como la dramática. Un año antes había encarnado otro de sus grandes papeles, el de Havey Pekar en American Splendor, adaptación del cómic homónimo basado en la propia vida de Peaker, una persona real que se autoparodia en sus cómics y en el propio filme. Giamatti clavó el acento de Peaker y plasmó acertadamente el corrosivo humor de un hombre con unos puntos de vista de lo más particulares.