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Los descendientes

Por | 03 junio 2012 | Comentar

losdescendientes

George Clooney y Shailene Woodley, en una escena del filme.

Ternura y comicidad de la vicisitud

No sé si leí o escuché hace poco un llamativo comentario en relación a la andadura profesional de Alexander Payne como guionista y director. Al realizador de Omaha, con cinco largometrajes escritos y dirigidos por él, lo venían a situar como un Billy Wilder moderno. Quizá resulte exagerado, pero lo cierto es que Payne ofrece en sus trabajos un conocimiento de lo humano tan agudo como el del maestro Wilder. Vistas en conjunto sus cinco películas, pese a las particularidades de cada una, todas son inteligentes, irónicas y tiernas al ofrecer relatos tan apegados a lo mundano como a unos personajes siempre bien perfilados. En sus historias no encontrarán magia, romanticismo empalagoso o dramas de saldo. Pero sí emotividad certera, personajes con defectos y virtudes tangibles y un humor colindante con la sátira cruel.