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Adiestramiento castrense en el cine

Por | 26 febrero 2006 | Comentar


La última película de Sam Mendes, un director cuyos trabajos siempre me han interesado por su personal estilo, aborda un asunto nada original en el cine: el adiestramiento castrense. Pero me gusta Jarhead, sobre todo, por los originales giros de su guión y un humor mordaz colindante, a veces, con la crueldad. Cierto es que, en esta cinta, se recurre a algunos de los clichés ya presentes en otros trabajos sobre el tema y hay cierta inclinación al refrito de lo ya filmado por otros. Y entre esos otros, uno de los mejores, Stanley Kubrick. En La chaqueta metálica, su penúltima película, Kubrick mostró la brutalidad de los entrenamientos militares de los marines, basados en la vejación y el centrifugado cerebral en aras a crear máquinas de guerra acata-órdenes. También Clint Eastwood, aunque quedándose en los márgenes de la comedia, hizo su propio filme de entrenamiento militar y se autoreservó el papel principal de El sargento de hierro: un tipo racial de vocabulario tabernario perfecto para que Clint exhibiera su faceta de duro imperecedero. Lo diferencial en Jarhead está en que el aspecto bélico no es lo esencial en ella, sino el relato intropestivo de cómo vive un chaval universitario y de buen nivel cultural todo ese mundo tan sin sentido; desde su alistamiento en los marines hasta su nula participación en una guerra, la del Golfo, ganada sin dar un solo tiro a pie de tierra.