Paul Giamatti: cuando el talento hace innecesario el ‘glamour’

Miles (Paul Gimatti) y Maya (Virginia Madsen) en 'Sideways'

De entre todos sus personajes recientes, los que le han hecho dar el salto, uno de mis preferidos es el de Miles, un escritor frustrado al que le aflorarán todas sus preocupaciones exitenciales durante el viaje preboda de su vivaracho amigo Jack. En Sideways (Entre copas), Paul Giamatti (1967, New Haven, Connecticut, USA) borda el papel de un tío poco afortunado durante la primera mitad de su vida, como el mismo Miles reconoce, y por quien es inevitable sentir cierta simpatía. Es un buen escritor, pero no consigue publicar sus libros porque su material no es comercial, se ha divorciado hace dos años y, sin haber digerido aún la imposibilidad de una marcha atrás, se entera de que su ex se ha vuelto a casar. Y ya ve pocas opciones de enderezar su maltrecha vida sentimental: "A mi edad --dice--, si no tienes dinero, no estás en el ajo. Sólo eres un animal esperando el abattoir [matadero]". Pese a lo contado, la excepcional película de Alexander Payne no es ni muchos menos un drama. Más bien al contrario, y Giamatti interpreta espléndidamente tanto la faceta cómica como la dramática. Un año antes había encarnado otro de sus grandes papeles, el de Havey Pekar en American Splendor, adaptación del cómic homónimo basado en la propia vida de Peaker, una persona real que se autoparodia en sus cómics y en el propio filme. Giamatti clavó el acento de Peaker y plasmó acertadamente el corrosivo humor de un hombre con unos puntos de vista de lo más particulares.

Adiestramiento castrense en el cine

La última película de Sam Mendes, un director cuyos trabajos siempre me han interesado por su personal estilo, aborda un asunto nada original en el cine: el adiestramiento castrense. Pero me gusta Jarhead, sobre todo, por los originales giros de su guión y un humor mordaz colindante, a veces, con la crueldad. Cierto es que, en esta cinta, se recurre a algunos de los clichés ya presentes en otros trabajos sobre el tema y hay cierta inclinación al refrito de lo ya filmado por otros. Y entre esos otros, uno de los mejores, Stanley Kubrick. En La chaqueta metálica, su penúltima película, Kubrick mostró la brutalidad de los entrenamientos militares de los marines, basados en la vejación y el centrifugado cerebral en aras a crear máquinas de guerra acata-órdenes. También Clint Eastwood, aunque quedándose en los márgenes de la comedia, hizo su propio filme de entrenamiento militar y se autoreservó el papel principal de El sargento de hierro: un tipo racial de vocabulario tabernario perfecto para que Clint exhibiera su faceta de duro imperecedero. Lo diferencial en Jarhead está en que el aspecto bélico no es lo esencial en ella, sino el relato intropestivo de cómo vive un chaval universitario y de buen nivel cultural todo ese mundo tan sin sentido; desde su alistamiento en los marines hasta su nula participación en una guerra, la del Golfo, ganada sin dar un solo tiro a pie de tierra.

¿Volverá la poesía visual de Kar Wai?

Wong Kar Wai (Shanghai, 1958) comienza este año a rodar su nueva película, The lady from Shanghai. Estará ambientada en el futuro, en los años 30 del presente siglo, y girará en torno al peligroso romance de una misteriosa mujer que dice venir de Shanghai y un espía. Poco más, al margen de que la estrella principal será Nicole Kidman, ha trascendido sobre este nuevo trabajo del director de Hong Kong. En junio se iniciará el rodaje y la Kidman, consciente del parsimonioso ritmo y peculiar método de trabajo de Kar Wai, parece haber asegurado que le dedicará un año completo a la producción. El cineasta , según ha declarado en varias entrevistas, no cuenta con un guión cerrado cuando empieza a rodar. Parte de una idea vaga y, a partir de ahí, charla mucho con los actores sobre la historia que pretende contar. Lo que sí tiene claro al principio de todo el proceso es la música y cómo la usará en los distintos momentos del metraje. Hasta la fecha, Kar Wai había rodado todos su trabajos con actores de ascendencia oriental y en chino. Al respecto, el director dijo que, en esta ocasión, empleará el inglés sobre todo, pero "aún no se ha decidido del todo, ya que el guión no está aún finalizado". Ojalá no se demore tanto como en 2046, cinta que rodó al alimón con In the Mood for love y tardó en estrenar cuatro años. Aunque si la tardanza juega en favor de la calidad del filme, la espera merecerá la pena.

Kurt Russell, una larga carrera con múltiples registros

Kurt Russell en 'Sky High', 'Dark Blue' y 'Golpe en la pequeña China'

Kurt Russell (1951, Springfield, Massachusetts, USA) tiene tras de sí una larga y polifacética carrera no siempre bien ponderada. Desde su precoz debut a los 10 años en una película musical de Elvis Presley, Russell ha participado como actor en 80 películas, contando Poseidon, su último trabajo aún en fase de post-producción. Quizá se le recuerde más por su participación en películas taquilleras de acción. Pero se ha adentrado en más de una ocasión, y con éxito, en dispares géneros como el terror, la comedia familar (como ahora con Sky High, una escuela de altos vuelos) y el drama. Uno de mis primeros recuerdos cinematográficos de Russell se remonta a Golpe en la pequeña china, una divertida aventura en la que dio vida al chistoso héroe Jack Burton. Este filme del 86 lo dirigió John Carpenter, uno de sus directores habituales. Russell ha protagonizado algunos de los trabajos más emblemáticos de Carpenter, como La cosa (1982) y las dos entregas de uno de sus personajes más conocidos, Snake Plissken (Escape from New York,1981, y Escape from L.A., 1996). De entre sus últimos papeles, me quedo con el del policía corrupto Eldon Perry en Dark Blue, notable cinta sobre los turbios manejos de varios agentes habituados a impartir justicia por su cuenta y con expeditivos métodos.

El leñador, gran peli estrenada de tapadillo

Suele pasar de vez en cuando. Hay pequeñas películas norteamericanas que, eclipsadas por la ingente cantidad de productos yankees de saldo, se estrenan tímidamente en España. Su escasa promoción, a veces, es inversamente proporcional a su calidad artística. Por fortuna, el alquiler de DVD aún sale al rescate de quienes no pudimos disfrutarlas en las salas. Éste es el caso de El leñador, una cinta financiada con dinero independiente y en la que su propio protagonista, un espléndido Kevin Bacon, se rascó el bolsillo para sacarla adelante. El filme cuenta la historia del pederasta Walter tras su salida de prisión. Intenta superar su mal, pero su reinserción social se le hace cuesta arriba por la constante estigmatización que sufre. Walter quiere despredenderse de su obsesión por los niños, pero las personas de su alrededor no le dan ninguna oportunidad y le han condenado a perpetuidad. El sucinto relato (87 minutos) describe con precisión la evolución psicológica de Walter y deja en evidencia la, a veces demagógica, actitud de quienes ven en Walter un apestado sin posibilidad de redención: él no nació siendo ese monstruo que todos ven e intenta reponerse. Sólo Vickie (Kyra Sedgwick), una compañera de trabajo, le apoyará en su dura travesía.

Cuando la reserva espiritual habla de cine

El Opus Dei se ha puesto la venda antes del estreno de El Código da Vinci. Conscientes de la potencia de convocatoria de la cinta tras el éxito mundial del libro, no quieren que sus vergüenzas salgan a relucir. Aunque si Howard se ha centrado en la parte histórica y en la teoría de la posible relación entre Jesús y María Magdalena, los de Escrivá pasarán del tema; no habrán urgado donde les duele: en sus prácticas de proselitismo lava-cerebros. Pero, de reacciones como ésta y similares, me llama más la atención ese afán doctrinario --nostálgico de un pasado de poder sobre las conciencias-- a la hora de valorar manifestaciones artísticas. A Amenábar le han pegado hasta en el carné de identidad por hacer una película basada en un hombre que pidió la eutanasia. Es decir, por hacer cine a partir de hechos reales, algo de lo más corriente. Y también le dieron a Eastwood, aunque menos, porque ya son palabras mayores (aglutina mucho respaldo de público y crítica, y además no es español, un estimulante elemento para repartir candela con más furor). Ahora, la homofobia eclesial tiene otra cinta de la que rajar. Les parece de los más degenerada y, por tanto, pasa a la lista negra.

Lennon y Wilson, ¿vidas barajables para un biopic?

Las vidas de Ray Charles y Johnny Cash, dos leyendas de la música popular americana, han servido de soporte para sendos filmes correctos y coincidentes en su apuesta por la típica moraleja vital de caída y redención, tan del gusto del público norteamericano. Ambos, con un gran rendimiento comercial, parecen cortados por un similar patrón del que no se alejan un ápice. Y ahí radica su problema. Sin la asunción de riesgos, el arte no trasciende lo aceptable para hacerse imperecedero. No objeto, de todos modos, el interés de ambos para saber un poco más sobre los biografiados. Y no me cabe duda de que las vidas de otros dos grandes genios como Brian Wilson y John Lennon (dos de mis favoritos, aclaro) podrían dar mucho de sí para un guión. Buscando información sobre hipotéticos proyectos, leo unas declaraciones de 2003 de Eric Bana (Munich) en las que decía estar buscando productores e incluso haber llegado a hablar con Ang Lee y Oliver Stone para un biopic sobre Lennon. No sé si esto es real o no, pero sí lo es en cambio, porque ya está en rodaje, Chapter 27, una peli sobre el asesino del de Liverpool. En cuanto a Wilson no he hallado nada, pero su difícil y atormentada vida ha sido de película por sí sola.

V de Vendetta: expectativas y cautelas previas

Ambivalentes sensaciones me produce el próximo estreno basado en un cómic de culto. Las últimas noticias, tras su exhibición en Berlín, parecen de los más alentadoras. Ha gustado a críticos de los que me suelo fiar, como Boyero o Rodríguez Marchante, y la acogida general de la prensa patria destacada en tierras alemanas es buena. Pero las dudas me sobrevienen al estar los señores Wachowski tras el proyecto como productores y titiriteros de James McTiegue, director de la peli y asistente de ambos hermanos en la que pudo ser una gran saga de ciencia ficción futurista y, tras una primera entrega notable, quedó reducida a un circense espectáculo que mezclaba kung-fu y filosofía de baratillo. Y mis dudas se alargan cuando el padre de la criatura, Alan Moore, ese genio de la viñetas de pinta estrafalaria a lo Robison Crusoe, se ha desvinculado del proyecto y solicitado que eliminen su nombre de los créditos. De hecho, al respecto del debate político abierto en torno a la cinta, él la califica sin ambages de "apología del terrorismo". Nada más alejado de la pacifista intención presente en las viñetas originarias. Deberemos esperar para enjuiciar, en cualquier caso. Mientras tanto, en la web oficial podéis ver varios trailers y descargaros variopinto material multimedia.

Stone o el regreso de la 'sex-symbol' de los 90

Su físico quizá le encasilló al comienzo de su carrera como la resultona acompañante del protagonista-héroe de turno. Pero gracias a él también se hizo estrella. En 1992, y dirigada por el holandés Paul Verhoven, la bomba sexual albergada en esta inteligente mujer reventó taquillas, escandalizó por doquier y dejó para la posteridad del cine una de las escenas más ardientes. ¿En cuántas ocasiones se comentó, rebobinó y congeló la imagen para captar el ínclito instante?
A sus 48 años, y a la vista de este fotograma de Instinto Básico 2, Adicción al riesgo, la Stone mantiene intacto su poder de convocatoria hormonal. Sin embargo, dudo de la calidad de un trabajo que juega sobre seguro al partir de la mejor y más sencilla promoción: el reverdecimiento de la libidinosa dama. El afán monetario del proyecto se descubre al observar la ficha artística del filme, donde sólo repite la rubia de punzante mirada. Sin ser magistral, Instinto Básico era una buena peli del género thriller-policiaco. ¿Qué habrán hecho en esta ocasión? Para abrir boca, os dejo los enlaces de dos 'trailers'. Uno, en plan más oficial y 'light'; y el otro, para poner a 100 al personal, lo podéis ver aquí (sólo para mayores, ¿eh?).

En espera de 'Good night and good luck'

Escucho esta tarde en la SER que Good night and good luck ha contado con una distribución inicial escasa por falta de copias. No sólo no está en la cartelera jiennense, algo habitual por estos lares con las cintas de escaso marchamo comercial, sino que tampoco se ha estrenado en Córdoba y en otras capitales de provincia medianas del territorio nacional. Espero que, al rebufo de los buenos comentarios de la crítica y el público (el baremo esencial para un distribuidor), termine llegando a nuestras salas. Por las opiniones oídas hasta ahora, la película interesa y da pie para el debate 'postvisionado' debido, en gran parte, al homenaje que se rinde en el filme al heroico periodismo televisivo de la época de La caza de brujas norteamericana. Creo que, tras esos elogiosos comentarios, se desprende cierta nostalgia de un tipo de prensa, combativa con el poder y luchadora en la defensa de su propia independencia, que ya apenas exite. Mientras aguardamos a su estreno, os invito a que paséis por la web en castellano de la peli, con abuntante material gráfico y audiovisual. Muy currada.